
20 de Agosto de 2025
El otro día visité el bosque de Oma, obra artística creada por Agustín Ibarrola entre 1982 y 1985 en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en el País Vasco.
El día era típico de allí en verano, algo de calor sin pasarse y nublado a ratos. Después de pasar por la oficina de control, situada a la entrada, me condujo al bosque una vereda y después de un paseo de más o menos media hora por el camino, llegué al comienzo del bosque pintado. La obra está organizada en conjuntos y por lo general, hay un punto en cada uno desde el que divisarlo, así que me dispuse a recorrerlos, algunos me gustaron especialmente por la combinación de colores, otros por las formas, y siempre en el incomparable marco de la naturaleza, que no sólo es marco sino también soporte en este caso. Ibarrola concibió su obra como una muestra de la relación entre la naturaleza y la presencia humana.
Habitualmente asociamos arte a ciudad: museos, esculturas, edificios singulares… esta es una experiencia distinta y para un amante del arte y de la naturaleza, como yo, es un lugar mágico. Además de disfrutar con la contemplación del lugar, también hay fuentes de inspiración para mí – te lo cuento como primicia -, para un proyecto que saldrá a la luz, espero, a finales de año, pues estoy trabajando algo distinto en nuevo soporte, troncos de madera. Ya te contaré más. Disfruta lo que queda de verano y si estás cerca de Bilbao, ya sabes: te recomiendo el bosque de Oma. ¡Aquí van algunas fotos!





